Nos perdimos, y desde ahí pablo se rallo. Si bien es cierto que el final de la noche sería mejorable, tambien lo es que lo anterior estuvo bastante bien.
¿Se puede hacer más? Arreglado, amable, simpático y un poco contentillo invitamos a unas si se querían venir con nosotros de fiesta, sin negarlo pero sin decidirse: Nos entretuvimos 40 minutos, y cuando Lucía me dio el teléfono podríamos haber partido, pero la deriva de la noche y el canto sirenal nos hizo regresar al bar acompañados de pablich’s friends. A últimas horas, el ataque corsario y el chirriante canto de alguna nos devolvió a la realidad.
Antes pizzas, patatas y salchichas (dieta de fin de semana) con notas policíacas y anécdotas varias, con las que me lo pasé bastante bien.
Dos notas:
- Tengo sueño.
- ¿Por qué cuando vamos a comprar las bebidas la coca-cola es coca-cola y la narajanda y el limón puede ir desde pepito grillo hasta el zumo?
Gracias a los que diseñan los supermercados, por ponernos todo juntito y que no se nos olvide comprar nada.
Si eres de los que te gustan las emociones fuertes: Fotos aquí.
Un espacio, una comunidad: bloglade & efacultades
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